Sor Mª Esperanza de la Santísima Trinidad

Permítanme empezar así,  anunciando esta alegre noticia, pues es Pascua, y esta es nuestra esperanza, que los que morimos con Cristo, también con Él resucitaremos, ¡Bendito sea Dios que tanto nos ama!

Ahora sí, me dirijo a todos los que lean este artículo, para compartir también la alegre noticia de mi Profesión de votos Temporales en el Monasterio Carmelita de Onteniente, el día 31 de Marzo a la 6 de la tarde, cuarto Domingo de Cuaresma (Laetare). La celebración estuvo presidida por el Ilmo. Sr. D. Melchor Seguí Sarrió, y concelebraron con él once Sacerdotes, entre ellos dos Padres Carmelitas del Convento de Caudete, y dos Diáconos. En su Homilía D. Melchor entre otros puntos importantes, resaltó tres alegres noticias que nos daba la Palabra de Dios ese día: la primera, del libro de Josué, es la liberación de Israel “hoy os he quitado el oprobio de Egipto”. La segunda es la noticia de la reconciliación que Dios ha obrado con los hombres por Cristo, “El que está en Cristo es una criatura nueva” 2 Cor 5, 17-21. Y la tercera, es el amor del Padre misericordioso, en la Parábola del hijo que sale a su encuentro y lo recibe, que perdona y no espera explicaciones, este Padre que también sale en busca del hijo mayor que no quiere participar de la fiesta porque no comprende este proceder, así obra con nosotros nuestro Padre del cielo. También tomando algunos pasajes de la exhortación “Gaudate et Exultate” del Papa Francisco, D. Melchor nos exhortó a todos a buscar la santidad a no conformarnos con una existencia aguada, a medias.

A mí personalmente me dirigió unas palabras para motivar e impulsar mi entrega a Dios, encomendándome especialmente a la Santísima Virgen María, Ella modelo de contemplación.

En la celebración también estuvo presente nuestra Rvda. Madre Federal Mª del Sagrario Lorite Beltrán, acompaña por la hermana Mª Mercedes de la Cruz, Secretaria y consejera de la Federación.  También desde Venezuela vinieron mi mamá, y uno de mis hermanos en representación de la familia. El día fue precioso, con una lluvia que nos hacía mucha falta.

Al finalizar la Eucaristía los presentes fueron invitados a un sencillo ágape en la entrada de nuestro Monasterio, en el cual los que quisieron se acercaron a uno de nuestros Locutorios para felicitarme.

 

Doy gracias a Dios porque es infinitamente bueno con todos, y a mí me ha colmado de su misericordia y ha cambiado mi andrajosa vestidura en un traje de salvación; doy gracias a esta comunidad Carmelita de Onteniente y a toda la Orden que me recibe y me enseña a vivir para Aquél que ha dado su vida por mí: Cristo. Doy gracias a todos los que con su oración me han acompañado, que han compartido nuestra alegría; y también a todas las personas que ese día manifestaron su cercanía a nuestra comunidad. Que con la gracia de Dios seamos todos “alabanza de su gloria.”

Afectísima en Cristo

Sor Mª Esperanza de la Santísima Trinidad. O.Carm.