Viernes, 6 de mayo de 2022

Lecturas:

Hch 9, 1-20.  Es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a los pueblos.

Sal 116.  Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Jn 6, 52-59.  Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida.

Contemplamos hoy el impresionante acontecimiento de la conversión de san Pablo tras su encuentro con Jesucristo Resucitado.

Y La Palabra nos invita a ir más allá del mero recuerdo histórico para ayudarnos a crecer como discípulos del Resucitado.

La fe es un don gratuito: Jesucristo es el que tiene la iniciativa de encontrarse con Pablo. Todo es don, todo es gracia.

La fe es un encuentro con el Señor que te ama, que quiere ser tu amigo: El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él, que no viene a quitarte nada, sino a dártelo todo: el que come este pan vivirá para siempre.

La fe es eclesial: Pablo no perseguía a Jesucristo, sino a sus discípulos… Pero, quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza (cf. Lc 10, 16). No podemos caminar solos. Necesitamos acompañar y ser acompañados. Dios no te ha creado para la soledad, sino para la relación, la comunión y la donación.

La fe es luz: el Señor Jesús (…) me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.

Y nos muestra la gracia del bautismo, que hace de la persona una criatura nueva, ya no será Saulo, sino Pablo. Ha recibido una vida nueva, la vida según el Espíritu, porque Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abbá, Padre! (cf. Gal 4, 6).

Ahora ya no vivirá confiando en sus fuerzas o en el cumplimiento de la ley, sino en Jesucristo, porque todo lo puedo con Aquel que me da fuerza (cf. Flp 4, 13).

Y esta experiencia es tan grande y tan profunda que ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! (cf. 1 Co 9, 16), y así Pablo, lleno del Espíritu Santo, será testigo de que Jesucristo es el Señor hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1, 8).

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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