Viernes, 5 de agosto de 2022

Dedicación de la Basílica de Santa María

Lecturas:

Nah 2, 1; 3. 1-3. 6-7. Ay de la ciudad sanguinaria.

Sal Dt 32, 35-41.  Yo doy la muerte y la vida.

Mt 16, 24-28  ¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su alma?

¿Qué es ser cristiano?

En el catecismo aprendimos que ser cristiano es seguir a Jesús.

La fe no es una teoría que sea aprende, sino una vida que se recibe, se acoge y se disfruta.

El evangelio de hoy nos ha dado algunas claves de este seguimiento de Jesucristo.

Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo… Es reconocer que tú no eres el maestro, sino el discípulo; que tú no eres el señor, sino el siervo.

En definitiva, reconocer que tú no eres dios, que tú no te das la vida a ti mismo. Que necesitas ser salvado. Que tu corazón está profundamente herido por el pecado original. Y, por eso, no puedes vivir dejándote llevar sin más por tus apetencias.

Has de discernir lo que aparece en tu corazón. Cada día debes preguntarle: “Señor, ¿qué quieres de mí?, ¿cómo quieres que viva?, ¿Cómo quieres que haga las cosas que hoy tengo que hacer?”

…Tome su cruz… A veces vivimos aspirando a un discipulado sin cruz, a una vida cómoda y tranquila. Pero al cielo se sube, bajando. Este es un misterio que tantas veces nos marea y desconcierta. El Señor te invita a vivir la experiencia de la cruz y encontrarte en ella con el Señor, dejando que el Espíritu Santo la transfigure, la unja, y la convierta en árbol de vida y de salvación, la haga fecunda y gloriosa.

…y me siga…   Seguir los pasos de Jesús buscando no hacer tu propia voluntad, sino la voluntad del Padre, proclamando a Jesús como Señor de toda tu vida, dejando que su luz ilumine hasta el último rincón de tu vida y acogiendo cada día al Espíritu Santo, pidiéndole que renueve tu corazón y tu vida.

Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. Y tomándonos la vida en serio. La vida no es un juego. Nos podemos perder: ¿De qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si se pierde su alma?.

¡Ánimo! Pide al Espíritu Santo que te enamore de Jesucristo y así te puedas dejar llevar por Él: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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