Viernes, 29 de julio de 2022

Santa Marta

Lecturas:

Jr 26, 1-9.  El pueblo se juntó en el templo del Señor.

Sal 68, 5-14  Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Jn 11, 19-27  Creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.

La Palabra que el Señor hoy nos regala, nos invita a la fe, a creer.

En el Evangelio, vemos a Jesús que llega a casa de Marta y María, tras la muerte de Lázaro. En este encuentro, Jesús dice: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. Y añadió: ¿Crees esto?.

Una pregunta que Jesús nos dirige hoy a cada uno de nosotros. También te la dirige hoy a ti: ¿Crees esto?.

Para responder bien a esta pregunta necesitas el Espíritu Santo. ¡Pídelo! Para que tú, como Marta, puedas responder: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.

Para que, en medio de tus dudas, de tus oscuridades… puedas dar el salto de la fe, puedas creer que Jesucristo vive; que sólo Él tiene palabras de vida eterna; puedas creer que Él te ama tanto que quiere que tengas vida en abundancia y te invita a vivir para siempre, más allá de la muerte, en el cielo; porque ni el ojo vio, ni el oído oyó ni el hombre puede siquiera imaginar lo que Dios tiene preparado para los que le aman (cf. 1 Co 2, 9). Que puedas confesar que Él es Señor de tu vida.

Si crees, verás la gloria de Dios y Él, te regalará el don del Espíritu Santo que te hará capaz de amar con un corazón nuevo, lleno de misericordia; un corazón tocado por el amor de Dios. Un corazón del que brota la bendición y la alabanza; que proclama la gloria de Dios, su fidelidad.

Un Espíritu que te renueva, que te hace vivir radiante porque contemplas el amor de Dios y lo entregas a los demás. Un corazón lleno de gozo porque experimentas como el Señor te libra de todas tus ansias, puedes ver cómo el ángel del Señor acampa en torno a tu vida y te cuida.

Puedes gustar -incluso en medio de la cruz- que el Señor es bueno, que cuando te acoges a Él, entras en el gozo de su descanso, de contemplar la obra que Él está haciendo en ti, de contemplar que, por el don del Espíritu, la cruz es fecunda y gloriosa.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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