Viernes, 29 de abril de 2022
Santa Catalina de Siena, Patrona de Europa
Lecturas:
1 Jn 1, 5 – 2, 2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.
Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.
Mt 11, 25-30. Has escondido estas cosas a los sabios, y las has revelado a los pequeños.
Celebramos hoy la fiesta de Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia y patrona de Europa.Vivió en Italia en el siglo XIV, en un tiempo muy difícil para la vida de la Iglesia. Como Dios no abandona nunca a su pueblo, en estos tiempos difíciles suscitó santos y profetas que hablando en nombre del Señor ayudaran a la conversión y a la renovación de la Iglesia.
Esto nos ha de llenar de confianza. Porque hoy el Señor sigue cuidándonos. Y sigue suscitando santos y profetas que nos hablan en su nombre. Que nos dan una palabra de consuelo y de esperanza, pero que nos llamen también a la renovación y a la conversión.
Santa Catalina nos invita a poner a Jesucristo en el centro. Él es la piedra angular, hemos escuchado en estos días de Pascua. Nos invita a tener una relación de amistad, de intimidad, de comunión, de fidelidad con Él.
Nos invita a confiar y a descansar en la misericordia de Dios. Como hemos cantado en el Salmo: Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; el rescata tu vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura… Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el ternura por los que le temen.
Nos invita a no esconder nuestros pecados sino a entregárselos a Él: Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros… Si alguno peca tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
Dios no dejará de amarte nunca. ¡Descansa en Él!: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Pero todo esto pasa por el camino de la humildad. La humildad es la puerta de la fe: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños.
Que esta experiencia de la dificultad nos lleve a hacernos pequeños, a poner nuestra confianza en el Señor porque sólo de Él viene la vida.
A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).
¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).