Viernes, 22 de julio de 2022

Santa María Magdalena

Lecturas:

Cant 3, 1-4b Encontré al amor de mi alma.

Sal 62  Mi alma está sedienta de ti, Dios mío.

Jn 20, 1-2. 11-18 Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?

Celebramos hoy la fiesta de Santa María Magdalena, la llamada apóstol de los Apóstoles, ya que fue la primera que dio testimonio del Resucitado.

Y la palabra que el Señor nos regala hoy es especialmente hermosa.

El Evangelio nos muestra el encuentro entre Jesucristo Resucitado y María Magdalena. Un encuentro que comienza con estas preguntas: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?»

También el Señor, que te ama, te dirige esta pregunta: ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?

¡Ánimo! ¡Ábrele el corazón al Señor! ¡Déjale entrar a Él! Él es el Amor de tu alma. Nadie te ama como Él. No tengas miedo. Él te ama como eres. Con un amor gratuito; un amor que no te lo tienes que ganar; un amor que no se compra ni se vende. Él te ama con un amor fiel: no dejará de amarte nunca.


Y Él te invita a llorar. Sí. Ábrele el corazón al Señor y entrégale lo que hay en él: tus heridas, tus pecados, tus frustraciones, tus deseos, tus proyectos, tus alegrías, tus gozos, tus esperanzas, tus pobrezas, tus sufrimientos… y deja que Él te abrace, te bendiga, te dé el Espíritu Santo, que sane tu corazón y lo llene de con su presencia salvadora. Deja que Él enjugue tus lágrimas. Deja que el Espíritu Santo te consuele.

Deja que él, por el poder su Palabra -que tiene vida eterna- expulse los demonios que, como a María Magdalena, te acechan. El demonio es el padre de la mentira, el príncipe de este mundo, que trata de separarte de Dios, trata de robarte al Señor; trata de hacerte dudar del amor de Dios; trata de sacarte de la comunidad, del Cuerpo de Cristo…

Pide el don del Espíritu Santo para poder desenmascarar al demonio que siempre viene disfrazado de ángel de luz, con medias verdades, con lógicas mundanas, para tratar de apartarte del Señor.

¡Ánimo! ¡Déjate enamorar por el Señor! Que como el salmista puedas de decir: Mi alma está sedienta de ti. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.

¿A quién buscas? ¿A un Jesús “comodín” que solucione tus problemas para seguir ‘sobreviviendo’? No. Jesús quiere que tengas vida y vida en abundancia. Quiere ser el Amor de tu vida.

Eso es lo fundamental; lo demás… se os dará por añadidura. ¡Disfruta del Señor! ¡Nadie te ama como Él!

Y, como a María Magdalena, el Señor nos envía hoy a ser testigos, heraldos, de este encuentro gozoso con el Resucitado.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo!🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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