Viernes, 18 de junio de 2021

Lecturas:

2 Cor 11, 18.21b-30.  Aparte de todo lo demás, la carga de la preocupación por todas las iglesias.

Sal 131. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Mt 6, 19-23. Donde está tu tesoro, allí está tu corazón.

Hoy y mañana Jesús nos invita especialmente a no caer en la ansiedad y el desasosiego en el afán por lo material y por el porvenir. Jesús nos quiere advertir del peligro que las riquezas suponen para el discípulo.

Nos lo recordará también san Pablo: Los que quieren enriquecerse sucumben a la tentación, se enredan en un lazo y son presa de muchos deseos absurdos y nocivos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males, y algunos, arrastrados por él, se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos (cf. 1 Tim 6, 10).

El verdadero tesoro del discípulo no son los bienes de la tierra, sino Jesucristo: Para mí, la vida es Cristo… Todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo… Nosotros somos ciudadanos del cielo… Nada os preocupe (cf. Flp 1, 21; 3, 8. 20; 4, 6). De nada le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde su alma (cf. Mt 16, 26). Aquí es donde hay que poner el corazón.

Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz. El Señor nos invita a mirar con los ojos de la fe. A ver las cosas como Dios las ve. Así habrá luz en tu vida: verás el amor de Dios en medio de tu vida diaria y podrás saborear tu vida. Las pequeñas cosas de cada día las podrás vivir con el Señor y verás cómo su Espíritu todo lo hace nuevo.

Podrás ver al otro no como un rival, sino como un hermano, como un don de Dios para ti, y así, vencerás una de las tentaciones “endémicas” que nos acecha: la envidia, porque donde hay envidia y rivalidad hay turbulencia y todo tipo de malas acciones (cf. Sant 3, 16).

Y, entonces, de tu corazón brotará la alegría, la bendición y la alabanza.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

Volver a reflexiones a la Palabra de Dios