Viernes, 17 de diciembre de 2021

Lecturas:

Gn 49, 1-2. 8-10.  No se apartará de Judá el cetro.

Sal 71. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Mt 1,1-17. Genealogía de Jesucristo, hijo de David.

Estamos en la semana anterior a la Navidad y, en ella la Palabra nos va a mostrar los acontecimientos que prepararon de inmediato el nacimiento del Señor.

Por ello escucharemos en estos días los inicios de los evangelios de san Mateo y san Lucas, así como diferentes profecías mesiánicas del Antiguo Testamento.

Escuchamos hoy la genealogía de Jesús en la versión de San Mateo, que se preocupa más de enseñar que de contarnos los hechos de la vida de Cristo. Hoy nos presenta la lista de los antepasados de Jesús. Con ella, san Mateo empieza a decirnos quién es Jesús.

Jesús es verdadero hombre. Es el hijo de María. Pertenece a la raza humana y al pueblo elegido, entretejido en una historia humana, historia de salvación, con sus altibajos, pero historia cuyo fin era dar origen a Jesucristo.

Jesús es el Mesías. Desciende de David, lo mismo que José, su padre según la ley: es el heredero de las promesas hechas a Abrahán. Una historia que es una lección de la fidelidad de Dios.

Jesús es Rey. Es hijo de David. Así Jesús es el verdadero rey. El Rey de reyes.

La larga lista de los nombres pone de relieve algunas cosas.

Tres de las cuatro mujeres que nombra (sin contar a María) son extranjeras: Rut, Betsabé y Tamar. Y una, prostituta: Rajab. Con ello, tal vez quiera decirnos que la salvación es puro don de Dios, una gracia y no algo debido a nuestros méritos. Que los últimos serán los primeros; que los criterios de Dios son distintos de los nuestros. Que Dios escoge lo débil, lo pequeño. Dice Benedicto XVI que ésta es una genealogía de la gracia; que se hace cargo del pecador y se fundamenta en el perdón.

Y está abierta a todos los pueblos y no solo al pueblo judío.

Y todo se orienta a una quinta mujer: María, con la que se instaura un nuevo comienzo que acontece por la fe. El hágase de María es el ámbito al que nos invita hoy el Evangelio, esa es la mano de la gracia que el Señor nos tiende hoy: que también tú puedas decir hágase en mí según tu palabra y así dejar que Jesús nazca y viva en ti. Dejar que sea Señor y Rey de tu vida.

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

Volver a reflexiones a la Palabra de Dios