Viernes, 16 de diciembre de 2022

Lecturas:

Is 56, 1-3a. 6-8.  Mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.

Sal 66. Oh, Dios, que te alaben todos los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Jn 5, 33-36. Juan es la lámpara que arde y brilla.

La Palabra que el Señor nos regala hoy continúa invitándonos a preparar el camino del Señor que viene, que ya está muy cerca…

¿Cómo preparar tu corazón? La Palabra nos da algunas claves.

El profeta Isaías nos ha dicho: observad el derecho, practicad la justicia… a los que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observan el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza, los traeré a mi monte santo. Los llenaré de júbilo en mi casa de oración.

Esta es la principal preparación: la conversión del corazón. Los adornos y todos los preparativos para estos días han de ser un signo de lo que hay en el corazón: el deseo de vivirlo todo con el Señor. Es lo único que nos pide el Señor: un corazón sencillo y humilde, un corazón deseoso de recibir al Señor para proclamarlo Rey de tu vida, de toda tu vida.

Porque nos puede ocurrir como a los contemporáneos de Jesús, incapaces de creer que él el Mesías que anunciaron los profetas. No se fían del testimonio de Juan Bautista, ni del testimonio de Jesús: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo. Tampoco aceptarán el testimonio de las Escrituras ni el de Moisés.

No podían creer porque en el fondo no buscaban a Dios sino que se buscaban a sí mismos. Hacían muchas cosas, pero para ser vistos por los hombres, con lo que le robaban la gloria a Dios (cf. Jn 5, 41-44).

Y todas estas actitudes impiden la fe, porque el Padre ha escondido todas estas cosas a los que se creen sabios y entendidos y las ha revelado a los sencillos (cf. Mt 11, 25-30).

Este es el misterio y el drama de la libertad: Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre (cf. Jn 1, 11-12).

Tú decides.

      Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

       ¡Ven Espíritu Santo! 🔥(cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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