Sábado, 29 de octubre de 2022

Lecturas:

Flp 1, 18b-26   Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir.

Sal 41, 2-5   Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Lc 14, 1.7-11   El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.

Hemos comenzado la carta de san Pablo a los 0 Filipos fue la primera ciudad europea evangelizada por san Pablo. Escribe esta carta desde la prisión. Y lo primero que llama la atención es su confianza en Dios, en su fidelidad: Esta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.

Las dificultades que se presentan en la misión son secundarias. Lo importante es que se anuncia a Cristo.

Porque Jesucristo es el Señor, el único Señor, el Salvador. Es la piedra angular, la roca sobre la que el hombre sabio construye su casa. Por eso, Jesucristo es la fuente, el camino y la meta del anuncio del Evangelio. Y quien se ha encontrado de verdad con Jesucristo, puede decir como san Pablo: Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia.

Que no es signo de la angustia del desesperado que no puede soportar el vacío del sinsentido, sino la pasión del enamorado que ansía estar con el Esposo, llegar a vivir aquello que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman (cf. 1 Co 2, 9).

El Evangelio nos invita a vivir en la humildad, como Jesús. Nos lo ha recordado el Aleluya: aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.

El ir buscando los primeros puestos, es signo de experimentar un gran vacío y una profunda soledad en el corazón. Es ir buscando sucedáneos para tratar de llenar un corazón insatisfecho.

El problema está en que sólo hay uno capaz de llenar del todo el corazón: ¡Sólo Dios basta! Nos hiciste para ti Señor, y nuestro corazón anda inquieto hasta que no descansa en ti (S. Agustín).

Como hemos cantado en el Salmo: Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥  (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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