Sábado 27 de Marzo de 2021
Lecturas:
Ez 37, 21-28. Haré con ellos una alianza de paz.
Sal Jr 31, 10-13. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño.
Jn 11, 45-56. Al ver lo que Jesús había hecho, muchos de los judíos, que habían ido a visitar a María, creyeron el Él.
En este camino hacia la Pascua, nos vamos acercando a la hora de Jesús, a la hora de la Pascua.Jesús acaba de resucitar a Lázaro, y el milagro divide a la gente: muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él, pero algunos no se convencen ni con milagros, cada vez están más endurecidos.
Los sumos sacerdotes y los fariseos prefieren sus tinieblas a la luz y permanecen en el pecado, esclavos de su ceguera.
Las palabras del sumo sacerdote Caifás serán, sin que él lo sepa, proféticas: con la muerte de Jesús surgirá el nuevo pueblo: la Iglesia. Las ovejas dispersas encontrarán en Jesucristo la salvación.
Caifás anuncia el cumplimiento de la profecía de Ezequiel.
Ezequiel había anunciado el fin del destierro del pueblo de Israel y la promesa de una alianza de paz eterna: pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Esta promesa se cumple en Jesucristo. Cristo vencerá mediante la locura de la cruz y el sacrificio de la obediencia.
A través de este camino también nosotros podremos entrar en la gloria.
Y ante esta Palabra no podemos quedarnos como espectadores apáticos.
También llega tu hora. La hora de seguir a Jesús en el misterio pascual; la hora de tomar tu cruz y encontrarte en ella con el Señor; la hora de vivir obedeciendo a la voluntad de Dios y experimentar su victoria en tu vida. La hora de ver cómo el Espíritu hace nueva tu vida.
Para ello, el versículo antes del Evangelio nos ha dado la clave: Quitaos de encima vuestros delitos y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
Y en estos tiempos de prueba, el Señor nos invita a orar con su Palabra: el Señor nos guardará como un pastor a su rebaño… convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas.
¡Os daré un corazón nuevo! (cf. Ez 36, 26).
¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).