Sábado 26 de Diciembre de 2020

San Esteban, protomártir

Lecturas:

Hch 6, 8-10; 7, 54-59.  Ve el cielo abierto.

Sal 30, 3-8.17.21.  A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Mt 10, 17-22.  No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.

Celebramos hoy la memoria de san Esteban, el primer mártir de la Iglesia, que nace para el cielo lleno de fe y de Espíritu Santo, lleno de dones carismáticos, con una predicación ungida y una evangelización no hecha con cálculos o estrategias humanas, sino llevada por la fuerza del Espíritu Santo.

San Esteban, cuyo nombre significa corona, es un auténtico discípulo de Cristo. Su testimonio es signo y manifestación de que la vida de Cristo continúa en la vida Iglesia.

Con él comienza la larga serie de mártires que -ayer y hoy- han sellado su fe con la entrega de su vida, proclamando con su heroico testimonio que Jesucristo es el Señor, el único Señor, que es verdadero Dios y verdadero hombre.

El signo de los discípulos de Cristo será seguirle por el camino de la cruz: Todos os odiarán por causa mía; pero el que persevere hasta el final, se salvará.

Pero este seguimiento estamos llamados a realizarlo con total confianza y fidelidad, descansando en la promesa que nos ha hecho el Señor en el evangelio: no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

Y con los ojos puestos en la meta, que no es llegar a viejos sino llegar al cielo.

Pero este testimonio no lo puedes dar en tus fuerzas. Necesitas, como san Esteban estar lleno del Espíritu Santo, para que con el don de fortaleza te capacite para vencer los miedos y puedas entrar en la voluntad del Señor.

Así lo hemos cantado también en el Salmo: Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve… En tus manos encomiendo mi espíritu.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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