Sábado, 25 de junio de 2022

Inmaculado Corazón de María

Lecturas:

Is 61, 9-11.  Desbordo de gozo con el Señor.

Sal 1S 2,1.4-5.6-7.8abcd. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.

Lc 2, 41-51  María conservaba todo esto en su corazón.

Celebramos la memoria del Inmaculado Corazón de la Virgen María, que nos remite a la solemnidad de ayer: el Sagrado Corazón de Jesús. En María todo nos dirige a Jesucristo, el Señor, el Salvador. El Papa Pío XII instituyó esta celebración en el año 1944 para que, por intercesión de la Madre de Dios, se obtenga la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes.

Y la Palabra que el Señor nos regala hoy es una invitación a descansar en el Señor, a contemplar su obra, a contemplar la historia de salvación que el Señor está haciendo. Y, aunque tantas veces no comprendamos muchas cosas… a hacer como María que, conservaba todo esto en su corazón. María y José no entendieron, pero estaban incondicionalmente con Jesús. Esto es la fe.

Porque tenemos la certeza del amor de Dios, como contemplábamos ayer: un amor gratuito, fiel, incondicional… Por eso, desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios.

Porque el Señor está con nosotros -contigo- todos los días, vive en ti: porque me ha vestido un traje de gala y pelea por ti: me ha envuelto en un manto de triunfo… mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación.

Porque Dios ha elegido a los pobres, a los pequeños, como María. Dios no elige a los primogénitos, sino a los segundones: Abel, Isaac, Jacob… Elige a las madres estériles: Sara, Rebeca, Raquel, Ana, Isabel, María… Para mostrar que todo es una obra del Señor.

María, con su Corazón inmaculado, Corazón de Madre, sigue velando con tierna maternidad sobre todos nosotros: a ella nos encomendamos en estos tiempos recios, para que también los podamos vivir como una historia preciosa de salvación que el Señor está haciendo con nosotros.

Que su intercesión nos obtenga ser siempre fieles a la vocación cristiana y la victoria sobre las asechanzas del maligno que siempre trata de robarnos la alegría, la confianza y la esperanza: El Señor levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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