Sábado, 2 de octubre de 2021

Santos Ángeles Custodios

Lecturas:

Ex 23, 20-23.  Voy a enviar un ángel que vaya delante de ti.

Sal 90.  Dios mío, confío en ti.

Mt 18, 1-5.10.  Sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.

Celebramos hoy la memoria de los Santos Ángeles Custodios.

Hoy se habla mucho de los ángeles. Pero, hay que estar atentos, porque a veces corremos el riesgo de caer en un cierto “esoterismo” católico, cuando tenemos mucha afición por los temas misteriosos, y nos quedamos ahí, en meros curiosos.

¿Quiénes son los ángeles? ¿Cuál es su misión?

Los ángeles son servidores y mensajeros de Dios, son agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra. Por eso, toda la vida de la Iglesia se beneficia de su ayuda misteriosa y poderosa. Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión (cf. Catecismo 328s).

Los ángeles nos hablan de que Dios te ama y cuida de ti. Nos lo ha dicho hermosamente la primera lectura: Voy a enviar a un ángel que vaya delante de ti, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles. Si le abres el corazón al Señor, ¡no estarás solo!

Por eso, en medio de las dificultades, de las dudas, de las tentaciones, ¡invoca al Señor! Pídele el Espíritu Santo. Para poder vivir en la confianza y en la docilidad a la Palabra de Dios y a la acción del Espíritu Santo.

Confía en el Señor. Dile cada día: Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti. El Señor está contigo todos los días. No deja de amarte nunca.

Respétalo y obedécelo. No te rebeles. Acoge la Palabra del Señor como una palabra de amor, de vida y de salvación. Aunque te sorprenda y te desconcierte, aunque te cambie los planes, aunque no la acabes de comprender… Guárdala en el corazón, y di como María: ¡Hágase en mí, según tu Palabra!

¡Si crees, verás la gloria de Dios! Hoy es un día para darle gracias a Dios por los ángeles concretos que has visto en tu vida. ¡Sé agradecido!

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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