Sábado 16 de Enero de 2021

Beata Juana María Condesa

Lecturas:

Heb 4, 12-16. Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia.

Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Mc 2, 13-17. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

El evangelio que escuchamos hoy nos muestra la vocación de Mateo, el recaudador de impuestos al que Jesús elige para ser discípulo y uno de los Doce.

Ha comenzado diciéndonos que la gente acudía a Jesús y él les enseñaba. Entre ellos había muchos que eran simpatizantes, curiosos, eruditos que se escandalizaron cuando vieron a Jesús comer con recaudadores y pecadores…

Y Jesús eligió y llamó a Mateo. Un personaje despreciable a los ojos del pueblo de Israel, porque con su sola presencia les recordaba todos los días el yugo extranjero de los romanos y el sometimiento en el que vivían.

Pero la elección del Señor es gratuita. Elige a quien quiere, cuando quiere y como quiere. Por pura gracia, por puro amor, sin ningún mérito por nuestra parte.

 Y hoy el Señor te invita a seguirle: Sígueme. Ser cristiano no es una teoría, ni una ideología, sino seguir a Jesús. Es vivir una vida de amistad, de relación personal con Él.

Es vivir escuchando cada día su Palabra y dejarse llevar por Él. Esa palabra que es viva y eficaz…, que juzga los deseos e intenciones del corazón…, que es espíritu y vida…, que es perfecta y es descanso del alma, que da luz a los ojos.

Es preguntarle cada día: Señor, ¿qué quieres de mí? ¿Cómo quieres que viva hoy? Es dejar que Él sea Señor de tu vida, ¡de toda tu vida!

El Señor te invita hoy a escuchar esta llamada: ¡Sígueme! ¡No tengas miedo! Si te ves pobre, pequeño, pecador… ¡estupendo!

Para eso ha venido Jesús. El reino de Dios es de los pobres, de los pequeños… de los que no pueden confiar en sus fuerzas ¡porque son muy poquitas!, de los que experimentan cada día su pobreza y su debilidad… porque esos son los que con más facilidad se abren a la acción del Espíritu Santo, porque para Él no hay nada imposible…

 ¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

 ¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc

Homilias de D. Jorge Miró

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