Sábado, 10 de septiembre de 2022

Lecturas:

1 Cor 10, 14-22.  Nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan.

Sal 115.  Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Lc 6, 43-49.  ¿Por qué me llamáis “Señor, Señor” y no hacéis lo que digo?

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos sigue mostrando signos de estar viviendo la vida en el Espíritu.

La Palabra que el Señor nos regala hoy te invita a construir la casa sobre la roca, que es Cristo, la piedra angular, y no sobre la arena de los propios deseos o criterios de tu corazón, herido por el pecado original, o sobre la arena del vaivén de las modas del mundo.

Te invita a construir sobre Cristo y con Cristo, lo hemos cantado en el Aleluya: El que me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

Ser cristiano no es un moralismo, un mero cumplimiento de normas. Ser cristiano es abrirle el corazón a Jesucristo, para que Él sea Señor de tu vida, ¡de toda tu vida!

El verdadero discípulo trata de vivir en la obediencia filial a la voluntad del Padre: Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica (cf. Lc 8, 19-21).

Por eso, san Pablo nos invita a huir de la idolatría: huid de la idolatría… No podéis beber del cáliz del Señor y del cáliz de los demonios.

Y la peor de todas las idolatrías es creer que tú eres dios. Que tú te das la vida a ti mismo, que eres dueño de tu vida, que tú decides qué es lo que está bien o está mal…

Por eso nos dice Jesús: ¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que digo?

Esta es la verdadera alabanza, como hemos cantado en el Salmo: Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.

Por eso, si quieres saber si realmente Jesucristo es Señor de tu vida, mira los frutos que aparecen en tu vida. Porque cada árbol se conoce por su fruto.

Puedes hacer un examen de conciencia a la luz de Gálatas 5.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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