Sábado, 1 de octubre de 2022

Santa Teresa del Niño Jesús

Lecturas:

Job 42, 1-3. 5-6. 12-17.  Ahora te han visto mis ojos.

Sal 118.  Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Lc 10, 17-24.  Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.

Ser cristiano no es una teoría que se aprende, sino una vida que se disfruta. Esto es lo que nos plantea el final del libro de Job: Te conocía solo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos. Job tenía noticias sobre Dios, pero le faltaba la experiencia de Dios.

Algo parecido le pasó también al hermano mayor del hijo pródigo: toda la vida en la casa del padre… pero no había entrado en el corazón del padre.

Y eso nos puede pasar también a nosotros, a ti y a mí.

Es más importante hablar con Dios, que hablar de Dios. Vivir de la fe es tener un encuentro con Jesucristo vivo y resucitado.

Y esto se lo hemos de pedir cada día al Espíritu Santo: ¡Quiero ver a Jesús! ¡Quiero encontrarme con Él en los caminos de mi vida! Todo es don, todo es gracia. Necesitamos un corazón de niño porque el Padre ha revelado los misterios del reino a los pequeños. Le hemos de pedir cada día que avive el don de piedad.

El Evangelio es de los pobres, de los pequeños. Hay algo especial en el Evangelio que el sabio de este mundo no puede comprender. Es necesario un corazón humilde, confiado y agradecido.

Humilde para no resistirte a la acción del Espíritu y dejarte llevar por Él; para reconocer que necesitas ser salvado y que sólo Jesucristo tiene palabras de vida eterna; confiado para poder vivir en la voluntad de Dios y poder gozar del amor de Dios en tu vida de cada día; agradecido para no robarle la gloria a Dios, y proclamar que el Señor está haciendo obras grandes en ti.

Y entonces también tú verás a Satanás caer del cielo como un rayo; verás la victoria de Jesucristo en tu vida.

¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13)

Homilias de D. Jorge Miró

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