Sábado, 1 de Mayo de 2021

San José Obrero

Lecturas:

Hch 13, 44-52.  La palabra de Dios se iba difundiendo por toda la región.

Sal 97, 1-4.  Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Jn 14, 7-14.  Si me conocieras a mí, conoceríais a mi Padre.

El Señor nos invita hoy a acoger su Palabra. En el versículo del Aleluya hemos cantado: Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos y conoceréis la verdad, (y la verdad os hará libres) (cf. Jn 8, 31-32).

Creer en Jesucristo y permanecer en Él. Esta es la clave del discipulado.

Pero esto no es una teoría. Esto se verifica en la vida de cada día. La Palabra nos ha mostrado hoy algunos signos que nos ayudan discernir si creemos y permanecemos en Jesús.

En la primera lectura, vemos que los que no acogen la predicación de Pablo, se llenan de envidia y resentimiento, y responden con insultos a sus palabras.

En cambio los que acogen la Palabra, se alegran y alaban al Señor.

Dos signos claros. Por eso, si quieres saber si estás acogiendo la Palabra, lo principal no es ver lo que “sabes”, sino lo que brota de tu corazón. Si estás acogiendo la Palabra, en ti se cumplirá el Salmo: cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

En el Evangelio, nos dice Jesús: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores.

Pero, ¿cuáles son esas obras? Nos lo dijo Jesús hace unos días: la obra que Dios quiere es que creáis en quien él ha enviado y no he bajado del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado… Esta es la voluntad de mi Padre: que quien vea al Hijo y crea en él tenga vida eterna (cf. Jn 6, 29. 38. 40).

Y también permanecer: viviendo la fe en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Y unidos en la oración, en la comunión eclesial y en la Eucaristía (cf. Hch 2, 42s).

Permanecer, especialmente en este tiempo de dificultad y de gracia, para que también tú puedas cantar el Salmo: El Señor ha hecho maravillas…se acordó de su misericordia y su fidelidad.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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