Miércoles, 4 de agosto de 2021

San Juan María Vianney

Lecturas:

Nm 13, 1-2. 25-14, 1. 26-29. 34-35.  Despreciaron una tierra envidiable.

Sal 105.  Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Mt 15, 21-28.  Mujer, qué grande es tu fe.

La Palabra que el Señor nos regala hoy te invita a vivir de la fe y a vivir en fe.

La fe no es una teoría que se aprende sino haber descubierto que Dios te ama, te ha creado por amor, cuida de ti y te invita a vivir una vida de amistad con Él, una relación personal con Él. Una relación que no es para un tiempo, sino para siempre, para toda la eternidad: porque ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman (cf. 1 Cor 2, 9).

Y en esa relación la actitud de fondo es la confianza. Vivir en fe es fiarse del Señor, fiarse de su Palabra, fiarse de la historia que está haciendo contigo. Aunque no entiendas muchas cosas, poder decir con el salmista: aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo.

Por eso, en medio de las dificultades, no hay que vivir rebelados, como el pueblo de Israel que sigue murmurando contra el Señor porque confía en sus pocas fuerzas y no en el poder de Dios.

Sino que hay que vivir confiados, como la mujer cananea, que le pide a Jesús que cure a su hija atormentada por un demonio. ¡Grita a Jesús como esta mujer!, dile: Ten compasión de mí, con la certeza de que nadie te ama como Él. Dile, Señor, ayúdame.

Jesús se admira de la fe de esta mujer: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas. Por su fe el Señor la bendice.

Pídele al Señor lo que necesitas. Grítale, incluso, en los momentos de mayor dificultad. Pero sin exigir ni reclamar nada, sino viviéndolo todo como un don, como una gracia, como un regalo.

Y con la confianza de saber que Dios te ama y que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien (cf. Rom 8, 28)

¡Y no te preocupes si el Señor tarda! ¡Descansa en Él ¡Él te ama más que nadie! ¡Él cuida de ti!

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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