Miércoles, 16 de marzo de 2022

Lecturas:

Jr 18, 18-20. Venid, maquinemos contra el justo.

Sal 30, 5-6.14-16. Sálvame, señor, por tu misericordia.

Mt 20, 17-28. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?

En nuestro camino hacia la Pascua, al encuentro con Jesucristo vivo, hoy la Palabra te invita, como siempre a la conversión, a la conversión a la cruz.

En el versículo antes del Evangelio, hemos cantado: Yo soy la luz del mundo -dice el Señor-; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

¿A dónde hay que seguir a Jesús? Nos lo ha dicho Jesús en el Evangelio: ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?... El que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro servidor

A veces, también tú y yo vamos despistados por el camino, pensando en cualquier cosa, menos en la cruz; aspirando a un discipulado sin cruz; deseando una vida cómoda.

Por eso, Jesús también nos pregunta hoy:

Beber el cáliz significa seguir los pasos de Jesús en el discipulado: no buscando ganar puestos de honor en el cielo, sino que el que quiera ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.

Seguir los pasos de Jesús: El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos. El discípulo es el que descubre que al cielo se sube, bajando. Y que se es más feliz al dar que al recibir (cf. Hch 20, 35).

Seguir los pasos de Jesús buscando no hacer tu propia voluntad, sino la voluntad del Padre, proclamando a Jesús como Señor de toda tu vida, dejando que su luz ilumine hasta el último rincón de tu vida y acogiendo cada día al Espíritu Santo, pidiéndole que renueve tu corazón y tu vida.

Seguir los pasos de Jesús tomando tu cruz y ayudando a los demás a llevar la suya.

¿Cómo llevas tu cruz?

Si quieres vivir la alegría de la resurrección tendrás que vivir la experiencia de la cruz y encontrarte en ella con el Señor, dejando que el Espíritu Santo transfigure tu cruz, la unja, y la convierta en árbol de vida, la haga fecunda y gloriosa.

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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