Miércoles, 14 de diciembre de 2022

San Juan de la Cruz

Lecturas:

Is 45, 6c-8. 21b-25.  Cielos, destilad desde lo alto.

Sal 84.  Cielos, destilad desde lo alto al Justo.

Lc 7, 19-23.  Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído.

La Palabra que el Señor nos regala hoy nos invita por una parte a abrir el corazón y acoger al Señor Dios que llega con poder y, por otra, a ser testigos de esta buena noticia. Así lo hemos cantado en el Aleluya: Alza fuerte la voz, heraldo; mirad, el Señor Dios llega con poder.

En la primera lectura hemos escuchado este anuncio solemne, que nos muestra quién es el que viene: Yo soy el Señor, y no hay otro… Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro.

Y con ello, nos hace una pregunta importante ¿a quién esperas tú? ¿Quién es Jesucristo para ti? ¿Realmente te sientes necesitado de salvación?

En la medida en que abras tu corazón al Señor y le dejes que sea tu Señor, verás este evangelio cumplido en tu vida, podrás experimentar la alegría de la salvación: tendrás luz para ver al Señor en medio de vida diaria, tendrás discernimiento para saber qué es lo que el Señor quiere de ti, tendrás oídos para escuchar el evangelio como una buena noticia, para no escandalizarte de la Palabra de Dios, sino acogerla como una palabra de amor y de salvación, aunque te llame a la conversión. Experimentarás la victoria de Jesucristo en tus “muertes”, gozarás de una vida nueva…

Y entonces podrás ser un heraldo que anuncie la salvación.

¡Ánimo! Pide el don del Espíritu Santo, para que prepare tu corazón. Entonces podrás acoger a Jesucristo no como una carga sino como un don, y lo mirarás no como una amenaza sino como una aventura.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo!🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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