Miércoles, 12 de Mayo de 2021

San Pancracio

Lecturas:

 Hch 17, 15. 22-18, 1.  Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo.

Sal 148, 1-2.11-14.  Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Jn 16, 12-15.  Cuando venga el espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena.

Escuchamos en la primera lectura el famoso discurso de san Pablo en el Areópago de Atenas, al que es llevado por algunos filósofos epicúreos y estoicos sorprendidos por su predicación.

San Pablo manifiesta su sorpresa por lo que ha contemplado por las calles de Atenas: la ciudad plagada de ídolos incapaces de salvar: paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido".

En medio de los dioses muertos los hombres no encuentran la vida; pasan el tiempo buscando novedades que traten de llenar su vacío interior.

Dice el Papa Francisco que la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro. La idolatría no presenta un camino, sino una multitud de senderos, que no llevan a ninguna parte, y forman más bien un laberinto. Quien no quiere fiarse de Dios se ve obligado a escuchar las voces de tantos ídolos que le gritan: «Fíate de mí».

La fe, en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría; es separación de los ídolos para volver al Dios vivo, mediante un encuentro personal. Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia.

La fe consiste en la disponibilidad para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios. He aquí la paradoja: en el continuo volverse al Señor, el hombre encuentra un camino seguro, que lo libera de la dispersión a que le someten los ídolos (cf. Lumen Fidei 13).

¿A quién le estás pidiendo hoy la vida? ¿Dónde estás poniendo tu seguridad? ¿En el Señor o en los ídolos?

En este tiempo de dificultad y de gracia ¡invoca al Espíritu Santo!, el Espíritu de la verdad, que te guiará hasta la verdad plena…, que tomará de lo mío y os lo anunciará. Y también tú verás como el Señor acrece el vigor de su pueblo.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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