Martes, 8 de noviembre de 2022
Lecturas:
Tit 2, 1-8.11-14. Llevemos una vida religiosa, aguardando la dicha que esperamos.
Sal 36, 3-4.18.23.27.29. El Señor es quien salva a los justos.
Lc 17, 7-10. Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que teníamos que hacer
Ser cristiano no es un moralismo ni una filosofía, sino vivir una vida nueva en el Señor. Por eso vemos que las recomendaciones que san Pablo hace a los ancianos, a las ancianas y a los jóvenes nacen de la fe en Jesucristo.Porque el que es de Cristo es una criatura nueva, pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa.
El que es de Cristo vive también con esperanza y experimenta la alegría de la salvación que ya nos ha conseguido Jesucristo: esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatamos de toda iniquidad.
Y, por eso, el que es de Cristo ve cumplido el Salmo en su vida: Confía en el Señor y haz el bien: habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.
El que es de Cristo, descubre también la llamada a vivir la fe no de una manera solitaria, sino en su Cuerpo, que es la Iglesia, pueblo de su propiedad.
El Evangelio nos recuerda que todo es don, que todo es gracia. Todo lo que recibimos de Dios es gracia y toda nuestra vida está llamada a ser una respuesta agradecida a sus dones. Que somos siervos inútiles.
Así, el hombre nuevo canta el cántico nuevo: la alabanza. Vive en un magnificat permanente. Porque es el eco de contemplar la acción de Dios en su vida. Ve cumplido en su vida lo que hemos cantado en el Aleluya: El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—, y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).
¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).
