Martes, 5 de julio de 2022

San Antonio María Zaccaría

Lecturas:

Os 8,4-7.11-13. Siembran vientos y cosechan tempestades.

Sal 113.  B. Israel confía en el Señor.

Mt 9,32-38. La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos

La Palabra hoy nos invita seriamente a la conversión.

El profeta Oseas nos recuerda que la fe es vivir una historia de amor y de salvación con Dios. Ayer nos lo dijo también: Me desposaré contigo para siempre… Me llamarás «esposo mío.

Y, por eso, de esta relación tan íntima, tan hermosa, brota la alabanza: Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Pero la gran tentación siempre es la infidelidad, la idolatría. Mantener una relación con Dios que se quede en la apariencia, decirle al Señor un “sí” con los labios, pero que tu corazón esté lejos de Él. Vivir haciendo tu voluntad y no la voluntad del Señor. Y así, acabar cayendo en la peor de las idolatrías que es creer que tú eres dios.

Y este camino lleva a la soledad, a una soledad poblada de aullidos (cf. Dt 32), a la incapacidad para ver la acción de Dios en medio de tu vida, a vivir en la queja sistemática, en la tristeza desesperanzada, en el derrotismo… a la muerte del alma: siembran viento, cosecharán tempestades.

Esta es la situación en la que Jesús encuentra al pueblo de Israel y en la que hoy se encuentra tanta gente, a lo mejor también tú. Tanta gente que vive extenuada, cansada y agobiada, como ovejas que no tienen pastor.

Y Jesús tiene una mirada de compasión sobre su pueblo. Su corazón está lleno de misericordia. Él es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.

Y la clave para esta conversión nos la ha dado el Aleluya:  Yo soy el buen Pastor, que conozco a mis ovejas, y las mías me conocen.

¡Déjate conocer por el Señor! ¡Ábrele el corazón! ¡Deja que Jesucristo vivo sea el Señor de tu vida, de toda tu vida!

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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