Martes, 4 de Mayo de 2021

Lecturas:

Hch 14, 18-27.  En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor.

Sal 144, 10-13.20.  Tus amigos, Señor, anunciarán la gloria de tu Reino.

Jn 14, 27-31.  Me voy, pero volveré a vosotros.

El anuncio del Evangelio va acompañado por la persecución Ya lo dijo Jesús: un discípulo no es más que su maestro… No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma… Vosotros hasta los cabellos de vuestra cabeza tenéis contados… El que pierda su vida por mí, la encontrará (cf. Mt 10, 24s).

Y nos lo dice hoy la Palabra: hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios, pero estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo y no os preocupéis, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros (cf. Mt 5, 11; 10, 19-20).

San Pablo insiste tanto en el rechazo de mucha gente como en la presencia del Señor en la misión y subraya quién es el verdadero protagonista: les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos. El protagonista es el Señor, nosotros somos, como mucho, siervos inútiles, que hemos hecho lo que teníamos que hacer (cf. Lc 17, 10).

Y en medio de este combate el Señor nos dice: La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo.

Vivir en su Paz no es carecer de enemigos ni vivir sin tensiones ni pruebas ni luchas. Vivir en su Paz es vivir la presencia de Jesucristo Resucitado: Él es nuestra Paz. Es confiar en su poder, acoger y gozar su salvación. Es vivir en el poder de Jesucristo y en la fuerza de su Espíritu, pues aunque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí.

No lo olvides, Satanás, el príncipe de este mundo, es un ángel caído, vencido y derrotado para siempre.

De Jesucristo es el Reino, el Poder y la Gloria.

Que en este tiempo de dificultad y de gracia puedas proclamar del reinado del Señor... puedas bendecir al Señor porque en medio de la tribulación recibes y acoges la Paz del Señor.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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