Martes, 24 de enero de 2023

San Francisco de Sales

Lecturas:

Heb 10, 1-10.  He aquí que vengo para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad.

Sal 39.  Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mc 3, 31-35.  El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Ser cristiano es vivir la vida como un encuentro personal con Jesucristo vivo y resucitado. Es haber descubierto que Dios te ama gratuitamente, que te ha creado por amor y te invita a vivir una vida de amistad y relación personal con Él.

Ser cristiano no es un moralismo ni una ideología o una filosofía, sino que hay que nacer de nuevo, nacer de agua y de Espíritu (cf. Jn 3, 3-5), y entrar a formar parte de una nueva familia la Iglesia, la familia de los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen; con unos hermanos concretos que el Señor te ha regalado para caminar juntos hacia la meta del cielo.

Y la pertenencia a la nueva familia de los discípulos de Jesús,  a la Iglesia, se manifiesta no con los lazos de la sangre, o de la amistad, o con un vínculo meramente formal, sino de la acción del Espíritu Santo.

Y el ser discípulo se manifiesta en vivir cumpliendo la voluntad del Padre. Este es el culto de la Nueva Alianza: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído… Aquí estoy para hacer tu voluntad.

Hoy, esta Palabra quiere invitarte a descubrir y gozar que no estás creado para vivir en la soledad: si le abres el corazón al Señor y te dejas llenar por el Espíritu Santo, también tú gozarás de la presencia del Espíritu Santo, que lo hace todo nuevo: Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito. Me puso en la boca un cántico nuevo.

Yo abro brecha delante de vosotros
(Cf. Miq 2, 12-13).

       ¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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