Martes, 22 de noviembre de 2022

Santa Cecilia

Lecturas:

Ap 14, 14-19.  Ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura.

Sal 95, 10-13.   El Señor llega a regir la tierra.

Lc 21, 5-11.   Estad atentos para que no os engañen.

La clave de la Palabra de hoy nos la da el versículo del Aleluya: Sé fiel hasta la muerte —dice el Señor—,  y te daré la corona de la vida.

Es una invitación a descubrir que la vida no es un juego: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida (cf. 1 Pe 1, 17).

Es una llamada a vivir uno de los dones del Espíritu Santo: el don de temor de Dios. Que no es tener miedo de Dios, sino tener miedo de que mi corazón se pueda endurecer y acabe por cerrarle la puerta a Jesucristo apagando la acción del Espíritu en mi vida.

Por eso, que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo “Yo soy”. El que quiere engañarte es el padre de la mentira, el diablo, que como león rugiente ronda buscando a quien devorar (cf. 1 Pe 5, 8).

El diablo quiere hacerte dudar de que Dios te ama y de que su Palabra es una Palabra de amor, de vida y de salvación. Y sutilmente te quiere llevar por el camino de la autosuficiencia, de la arrogancia, de la soberbia.

Quiere sacarte de la Iglesia, de la comunidad, porque cuanto más solo estés, ¡mejor para sus intereses!

Quiere llenar tu corazón de resentimiento, de odio, de rencor, de, de envidias… para que de tu corazón no brote la alabanza sino la murmuración, para que no vivas en la alegría y el gozo del enamorado, sino en la tristeza y el resquemor del desencantado.

Pero para ello, necesitas un corazón de niño. Un corazón que viva en la gratuidad y en la gratitud; un corazón confiado, descansado en los brazos del Padre; un corazón dócil, que se deja llevar por el Espíritu de Jesucristo.

Un corazón que pueda decir: En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo (cf. Sal 4).

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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