Martes, 20 de diciembre de 2022

Lecturas:

Is 7,10-14. Mirad: la Virgen está encinta.

Sal 23. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.

Lc 1,26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

Como preparación para la Navidad, contemplamos hoy la Anunciación a María.

El escenario es significativamente diferente al de la anunciación a Zacarías, indicando el paso de la Antigua a la Nueva Alianza: Zacarías es un importante sacerdote del grandioso Templo de Jerusalén; María una muchacha desconocida, en Nazaret, una aldea ignorada, en una casa sencilla.

Con ello, se nos indica que el signo de la Nueva Alianza es la humildad, la sencillez, lo pequeño, lo escondido. Jesús nacerá en un pesebre y morirá en una cruz. Así, el Reino de Dios es de los sencillos, de los pequeños: Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las revelado a la gente sencilla… (cf. Mt 11, 25s).

El ángel saluda a María diciéndole: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios … El Espíritu Santo vendrá sobre ti.

       ¡Alégrate! Es la misma palabra que dirá a los pastores en el portal de Belén (cf. Mt 2, 10) y lo que aparecerá en el corazón de los discípulos cuando se encuentren con el Resucitado (cf. Jn 20, 20).

La alegría es el don propio del Espíritu Santo. Alegría y gracia van unidas. La verdadera alegría viene de la presencia del Señor, que lo hace todo nuevo.

Todo es obra del Espíritu. Él que, que ya estaba presente con su fuerza para realizar la gran obra de la creación, ahora se hace de nuevo presente en el momento en que se inicia la nueva creación con el sí de María, que con su obediencia confiada a la Palabra de Dios se nos presenta como modelo de creyente y discípula.

Y hoy el ángel te dice a ti las mismas palabras: Alégrate, no tengas miedo, el Espíritu Santo vendrá sobre ti, para Dios no hay nada imposible!

Si como María, le dices al Señor: Aquí estoy, hágase según tu palabra, verás como el Espíritu hace nueva tu vida, como eres habitado por el Señor y en tu corazón brota la alegría y un manantial que salta hasta la vida eterna.

¡Si crees, verás la gloria de Dios!

Yo abro brecha delante de vosotros
(Cf. Miq 2, 12-13).

       ¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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