Martes, 1 de marzo de 2022

Lecturas:

1 Pe 1, 10-16.  Profetizaron sobre la gracia destinada a vosotros, por eso, manteniéndoos sobrios, confiad plenamente.

Sal 97.  El Señor da a conocer su salvación.

Mc 10, 28-31.  Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.

Después del encuentro de Jesús con el rico, que es incapaz de dejarlo todo para seguir a Jesús, hoy contemplamos en el Evangelio como Jesús anuncia a Pedro que aquellos que lo han dejado todo para seguirle, recibirán ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna.

Cuando uno entrega su vida al Señor, de Él recibe el ciento por uno. Dios no se deja vencer en generosidad. No sólo regala la vida eterna al que responde a su llamada y persevera en el seguimiento de Cristo, sino que ya en este tiempo le bendice y le colma de bienes.

Pero el Señor no nos promete una vida tranquila y sin problemas ni preocupaciones. La vida del discípulo también está marcada por la cruz. La vida cristiana es un combate, porque el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar (cf. 1 Pe 5, 8).

El tiempo presente, aunque marcado ya con el sello de la plenitud futura, es todavía el tiempo de la prueba: siempre llenos de buen ánimo y sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, estamos desterrados lejos del Señor, caminamos en fe y no en visión (cf. 2 Co 5, 6-8).

Nos lo recordaba la Palabra hace unos días: hijo, si te acercas a servir al Señor, prepárate para la prueba. Endereza tu corazón, mantente firme y no te angusties en tiempo de adversidad. Pégate a él y no te separes, para que al final seas enaltecido. Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y sé paciente en la adversidad y en la humillación… ¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

Volver a reflexiones a la Palabra de Dios