Martes, 1 de junio de 2021

San Justino

Lecturas:

Tob 2, 9b-14. Permanecí sin ver.

Sal 111. El corazón del justo está firme en el Señor.

Mc 12, 13-17. Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos invita a proclamar que Jesucristo es el Señor, el único Señor. Señor de tu vida y Señor de la historia.

En el Evangelio, Jesús se encuentra ante una pregunta tramposa: los que le preguntan quieren hacerle caer. La respuesta de Jesús es hábil y desconcertante: Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.

¿Qué quiere decirnos Jesús? Jesús está invitándonos a poner orden en nuestra vida. Sólo Dios es Dios. El César no es dios.

Si la imagen del César está en la moneda, en el corazón del hombre está la imagen de Dios: el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Por tanto, el corazón sólo hay que dárselo a Dios. ¡No adoréis a nadie más que a Él!

Jesús condena cualquier intento de divinizar y de absolutizar el poder político: sólo Dios puede exigir todo del hombre.

Jesús nos está invitando a ser buenos ciudadanos y a ser buenos cristianos. Ser cristiano engloba todos los aspectos de la vida, y nuestra fe se debe manifestar en todo lo que hagamos, incluso en la política.

Y en la participación en la vida social y política, el cristiano ha de tener en cuenta que es cristiano, que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres (cf. Hechos 5, 29), y que, por tanto, su participación en la vida política y social ha de ser coherente con el Evangelio, con la fe.

Para ello, necesitas el Espíritu Santo. Pídele el don de fortaleza, que es el que te hará capaz de ser testigo de Jesucristo.

La Iglesia, aunque no se confunde en modo alguno con la comunidad política, tiene el deber de emitir un juicio moral incluso sobre las cosas que afectan al orden político cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas (cf. GS 76, Catecismo 2245-2246).

¡Ánimo! ¿Cómo estás de esperanza? Proclama a Jesucristo Señor de tu vida, ¡déjate llevar por Él!

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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