Lunes, 5 de julio de 2021

San Antonio María Zaccaría

Lecturas:

Gn 28, 10-22.  Vio una escalinata apoyada, y ángeles de Dios subían y bajaban, y Dios hablaba.

Sal 90.  Dios mío, confío en ti.

Mt 9, 18-26.  Mi hija acaba de morir, pero ven tú y vivirá.

Jacob tiene un sueño: ve una escalera apoyada en la tierra que llega hasta el cielo y a los ángeles de Dios que suben y bajan por ella. Ve a Yahvé, que está sobre ella y le dice: Yo soy Yahvé, tu Dios. La tierra en la que estás acostado, te la doy a ti y a tu descendencia… Yo estoy contigo; te guardaré donde quiera que vayas; no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido.

Cuando despertó, dijo Jacob: realmente el Señor estaba en este lugar y yo no lo sabía. Este lugar es la casa de Dios y la puerta del cielo. Jacob se levantó, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite sobre ella. Y llamó a aquel lugar “Casa de Dios”.

Esta es tu historia. También tú y yo, como Jacob a veces vivimos en una tierra dura como la almohada de Jacob o tenemos flujos de sangre durante años como la hemorroísa del Evangelio: heridas por las que “sangramos”, miedos, fracasos, incomprensiones, frustraciones, pecados…

Y hoy el Señor te invita a que te acerques a Él, a que le toques (en el borde del manto los judíos llevan el Shemá: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón…), a que dejes que Él ponga esa escalera entre el cielo y tu tierra, tu historia, tu matrimonio, tu consagración religiosa, tu sacerdocio, tu trabajo, tus hijos… a que dejes subir y bajar a tantos ángeles que el Señor te envía, a que derrames el aceite del Espíritu Santo sobre tu vida y a que dejes que Él lo haga todo nuevo. Como Él quiera, cuando Él quiera.

Que puedas decir como el salmista: Dios mío, confío en ti.  Y entonces podrás escuchar a Dios que te ama, que dice: Yo estoy contigo, hago nueva tu vida, no te abandonaré. Yo soy fiel y cumplo mis promesas… ¡Ánimo, tu fe te ha curado!

Si crees, verás la gloria de Dios. ¡Confía en Él! ¡Déjale hacer!

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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