Lunes, 24 de mayo de 2021

María, Madre de la Iglesia

Lecturas:

Hech 1, 12-14. Perseveraban en la oración junto con María, la madre de Jesús…

Sal 86, Que pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios.

Jn 19, 25-34.  Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.

Hoy conmemoramos a María, madre de la Iglesia, a quien Cristo encomendó sus discípulos para que, perseverando en la oración al Espíritu Santo, cooperaran en el anuncio del Evangelio.

María es Madre de Cristo, Madre de la Iglesia. Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad.

Por eso es miembro supereminente y del todo singular de la Iglesia, incluso constituye la figura de la Iglesia, y colaboró de manera totalmente singular a la obra del Salvador por su obediencia, su fe, esperanza y ardiente amor, para restablecer la vida sobrenatural de los hombres. Por esta razón es nuestra madre en el orden de la gracia (cf, Catecismo 963s).

La clave que une a Cristo con María y después a los discípulos con Él es la obediencia a la voluntad del Padre: este es el camino de la salvación y de la vida. Esta obediencia confiada es signo de vivir en el Espíritu.

En el Evangelio contemplamos a María al pie de la cruz, desde donde Jesús mira a María, su Madre, y le confía al apóstol Juan.

Dice el Papa Francisco que en Juan estamos todos, también nosotros, y la mirada de amor de Jesús nos confía a la custodia maternal de la Madre. María habrá recordado otra mirada de amor, cuando era una muchacha: la mirada de Dios Padre, que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos enseña que Dios no nos abandona, puede hacer cosas grandes incluso con nuestra debilidad…

Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada maternal que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada llena de compasión y de atención.

María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada!

Que en este tiempo de dificultad y de gracia puedas sentir la compañía maternal de María.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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