Lunes, 17 de octubre de 2022

San Ignacio de Antioquía

Lecturas:

Ef 2, 1-10.   Nos ha hecho revivir con Cristo.

Sal 99.   El Señor nos hizo y somos suyos.

Lc 12, 13-21.   Así le sucede al que atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios.

Tradicionalmente la historia se divide en antes y después de Cristo. Y no por casualidad. Pero no solo la historia universal, sino también tu historia, si es que realmente te has encontrado con Jesucristo, has acogido su llamada al discipulado y su invitación a seguirle.

De eso nos habla hoy san Pablo: de la realidad de la salvación. Hay un antes y un después de Cristo.

Antes, los hombres vivían sin esperanza, entregados a la muerte y a Satanás: estabais muertos por vuestras culpas y pecados, cuando seguíais el proceder de este mundo. Vivían sin sentido, sin esperanza y, aunque adoraban a muchos dioses, no conocían al Dios verdadero.  Vivían rebeldes contra Dios…, siguiendo las tendencias de la carne, obedeciendo los impulsos del instinto.

Pero ahora, se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres ha aparecido Jesucristo y su obra de salvación. Salvación que es un don gratuito que Dios ofrece a los hombres: estáis salvados por gracia, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir. Nadie puede adquirir con sus solas fuerzas la salvación. El cielo no se gana, se hereda.

El que acoge la salvación, el que le abre su corazón al Señor y le deja ser Señor de toda su vida experimenta como, por el don del Espíritu Santo, es hecho una criatura nueva: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo. El Señor nos hizo y somos suyos.

Y, por eso después del encuentro con Jesucristo, uno ya no vive en la rebeldía sino en la obediencia; no en el recelo sino en la confianza; no en la codicia sino en la generosidad; no en la tristeza sino en la alegría, porque tiene la certeza de que El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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