Lunes, 17 de enero de 2022
San Antonio Abad
Lecturas:
1 Sm 15, 16-23. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey.
Sal 49. Al que sigue el buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Mc 2, 18-22. El esposo está con ellos.
El evangelio de hoy anuncia que ha terminado la antigua Alianza y comienza la nueva.Por eso, ahora no es tiempo de ayuno, señal de tristeza y penitencia; sino tiempo de alegría, porque Jesucristo es el Esposo, cuya presencia no permite más que gozo y alegría.
Jesús es el Esposo enamorado de su pueblo. Él inaugura los tiempos nuevos: tiempos de gracia y de misericordia.
Por eso, a vino nuevo, odres nuevos. Seguir a Jesús no es un mero cambio de “look”, un maquillaje, un cambio de apariencia.
No. Escuchar la llamada de Jesús, que te dice: Ven y sígueme es comenzar una vida nueva: hay que nacer de nuevo, nacer de agua y de Espíritu (cf. Jn 3, 3-5).
Jesús no quiere poner un parche en tu vida, no quiere ponerte una tirita: quiere hacerte un “trasplante de corazón”: cambiar tu corazón de piedra regalándote un corazón nuevo, un corazón de carne (cf. Ez 36, 25-28).
Esta operación la irá haciendo el Espíritu Santo en ti, porque para Dios no hay nada imposible (cf. Lc 1, 37).
Y así, irá apareciendo en ti el hombre nuevo que, como nos ha dicho la Palabra de hoy, no vive:
- en la autosuficiencia del que cree que lo sabe todo, sino dejándose guiar e iluminar cada día por la palabra de Dios que es viva y eficaz que juzga los deseos e intenciones del corazón.
- en el cumplimiento legalista, sino deseando hacer cada día la voluntad de Dios, como Jesucristo, que aun siendo Hijo, aprendió sufriendo a obedecer.
- en la rutina ni en la tristeza, sino en la alegría de vivir una fe viva, una relación con Jesucristo vivo y resucitado, que no es una “idea” sino el Esposo.
Y así, puede disfrutar de la fe, que no es una carga, sino un don; y de la vida, que no es una amenaza, sino una aventura.
A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).
¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).