Lunes, 10 de enero de 2022

Lecturas:

1 Sam 1, 1-8.  Ana lloraba porque el Señor la había hecho estéril.

Sal 115, 12-19.  Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Mc 1, 14-20.  Está cerca el Reino de Dios. Creed la Buena Noticia.

Concluido el tiempo de Navidad comenzamos el tiempo Ordinario, y con él, comenzamos la lectura continua del evangelio de San Marcos, que nos va a regalar la predicación de Jesús.

Y para poder acoger la obra que Jesús quiere hacer contigo, el Señor te dice hoy una palabra directa y clara.

Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios; convertíos y creed la Buena Noticia. El Señor está llamando hoy a la puerta de tu corazón: ¡ábrele! ¡No tengas miedo! Jesucristo no viene a quitarte nada, sino a dártelo todo.

La conversión a la que te llama el Señor no es a un mero cumplimiento de normas. La conversión es un acto de fe que te lleva a volver a Jesucristo, a dejar entrar al Señor en tu vida, pero a entrar no “de visita”, sino a dejar que Él sea el Señor de tu vida, ¡de toda tu vida!

Es convertirse a escuchar a Jesucristo: En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo… Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y acoger esta palabra poderosa que irá transformando tu vida. Porque esta palabra tiene vida eterna. Si te la crees, te transforma.

La conversión es un don, es dejar que el Espíritu Santo haga la obra de Cristo en ti. La conversión no es algo que tú has de hacer, sino algo que sucede en ti, que va haciendo el Espíritu Santo en ti, si tú le dejas, claro.

Creed la Buena Noticia. ¿Qué tienes que creer?

Pues que Dios te ama tal y como eres, con un amor gratuito; un amor que no te lo tienes que ganar.

Que Jesucristo ha muerto y ha resucitado por ti porque te ama; que todos tus pecados están clavados y perdonados en la cruz de Jesucristo.

Que el Espíritu Santo tiene poder para hacer nueva tu vida, para realizar en ti la obra de la santidad.

Si crees, dos signos nos ha dicho la Palabra que aparecerán en tu vida: Venid conmigo… Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron y Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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