Jueves, 9 de junio de 2022

Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote

Lecturas:

Hb 10, 22-23.  Fiel es el autor de la Promesa.

Sal 39.  Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mt 26, 36-42. Mi alma está triste hasta la muerte.

Hoy, jueves después de Pentecostés celebramos la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.

La primera lectura nos muestra a Cristo como el nuevo y definitivo sacerdote, que hizo de su vida una ofrenda total: Aquí estoy para hacer tu voluntad, hemos respondido en la antífona del salmo.

La vida entera de Jesús fue hacer la voluntad del Padre: Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra (cf. Jn 4, 34). Entregó su vida por amor a nosotros, fue una intercesión perenne, poniéndose en nombre de todos ante el Padre como Primogénito de muchos hermanos.

Pero, ¿en qué sentido Jesús es sacerdote? Nos lo dice la Eucaristía, de cuya institución nos habla El evangelio: ofreció pan y vino, y en ese gesto se resumió totalmente a sí mismo y resumió toda su misión.

Dice Benedicto XVI que se convirtió en sumo sacerdote porque él mismo tomó sobre sí todo el pecado del mundo, como «Cordero de Dios». Es el Padre quien le confiere este sacerdocio en el momento mismo en que Jesús cruza el paso de su muerte y resurrección.

Cristo es sacerdote verdadero y eficaz porque estaba lleno de la fuerza del Espíritu Santo, estaba colmado de toda la plenitud del amor de Dios (…).

Esta fuerza divina, la misma que realizó la encarnación del Verbo, es la que transforma la violencia extrema y la injusticia extrema en un acto supremo de amor y de justicia. Esta es la obra del sacerdocio de Cristo, que la Iglesia ha heredado y prolonga en la historia, en la doble forma del sacerdocio común de los bautizados y el ordenado de los ministros, para transformar el mundo con el amor de Dios..

Hoy es un día de oración por los sacerdotes. ¡Reza que especialmente por aquellos que el Señor ha puesto cerca de ti!

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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