Jueves, 7 de octubre de 2021

La Virgen del Rosario

Lecturas:

Mal 3, 13-20a. He aquí que llega el día, ardiente como un horno.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 11, 5-13. Pedir y se os dará.

La fe no es una teoría que se aprende, sino una vida que se disfruta. Es haber descubierto que Dios te ama tal y como eres, con un amor gratuito; un amor que no lo tienes que ganar ni que merecer.

Dios te ha creado por amor, y te ha creado para que vivas con Él. Vivir la fe es vivir una historia de amor y de salvación con el Señor. 

Este es el marco en el que hemos de vivir la oración, de la que hoy nos habla el Evangelio. La oración del Señor es expresión de su relación filial con el Padre. Está, por tanto, dirigida a Dios y nunca es un ejercicio de introspección que termina en Él mismo… El criterio de autenticidad de la oración cristiana es la confianza filial en Dios, para aceptar que se haga siempre su voluntad, sin dudar nunca de Él y poniéndose al servicio de su plan de salvación (cf. CEE, Mi alma tiene sed del Dios vivo (2019), 22)

La Palabra hoy te invita a vivir en la certeza de que Dios te escucha y en la confianza de que tu oración es eficaz. Pero con la eficacia de Dios, que te da lo que más te conviene. Lo hemos cantado también el Salmo: Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dios te da en cada momento de tu vida lo que tú necesitas, aunque muchas veces no coincide con lo que pides: porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene. Por eso, necesitamos el Espíritu Santo, que intercede por nosotros con gemidos inefables. Y por eso lo primero que has de pedirle es ¡el Espíritu Santo! Un padre bueno no puede dar algo malo a su hijo. Y lo mejor que te puede dar es el Espíritu Santo.

Si acoges el don del Espíritu Santo tendrás la fortaleza para poder combatir el combate de la fe y la sabiduría para poder disfrutar de la vida de cada día, porque tendrás la certeza de que no hay nada ni nadie que pueda separarte del amor de Dios.

¿Cómo está tu vida de oración? ¿Rezas todos los días? ¿Cómo rezas? ¿Qué tiempo le dedicas al Señor? El Señor quiere vivir una historia de amor contigo. ¡Ánimo! ¡Ábrete al Señor! ¡Déjate amar por Él! ¡Cuéntale tus cosas, manifiéstale tus deseos! ¡Confía en él que no te defraudará!

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ?(cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

Volver a reflexiones a la Palabra de Dios