Jueves, 27 de enero de 2022

Santa Ángela de Mérici

Lecturas:

2 Sam 7, 18-19. 24-29.  ¿Quién soy yo, mi Dueño y Señor, y quién la casa de mi padre?

Sal 131.  El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.

Mc 4, 21-25.  La lámpara se trae para ponerla en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros.

La Palabra que el Señor nos regala hoy continúa invitándonos a descubrir cómo está llamado a vivir el discípulo.

¿Con qué criterios tomas las decisiones de cada día? En el Aleluya nos ha dado el criterio: Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero (cf- Sal 118, 105).

Para vivir cada día no podemos dejarnos llevar sin más por nuestro corazón, herido por el pecado original; ni por los criterios del mundo… El discípulo se pone cada día a los pies del Maestro.

Y el discípulo pone esa lámpara en el candelero. Es decir, deja que la Palabra del Señor ilumine su vida, toda su vida. El discípulo somete toda su vida al Señorío de Jesucristo. El discípulo es el hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. Ese recibirá la bendición del Señor.

Y entonces, es cuando la semilla va creciendo porque el discípulo escucha, acoge, confía, obedece a Jesucristo que es la Luz del mundo.

Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. La fe, como el amor, crece en la medida en que se vive.

Además, no vivimos el discipulado de una manera solitaria. Hemos sido llamados a vivir la fe en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Y el Señor nos invita a caminar unidos hacia la meta del cielo: Constituiste a tu pueblo Israel pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.

Y así, iluminados por Jesucristo estamos llamados a vivir en la bendición y en la alabanza: Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que permanezca para siempre ante ti. Pues tú, mi Dueño y Señor, has hablado, sea bendita la casa de tu siervo para siempre.

A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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