Jueves, 25 de agosto de 2022

San José de Calasanz

Lecturas:

1 Cor 1, 1-9.  Habéis sido enriquecidos en todo.

Sal 144, 2-7.  Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.

Mt 24, 42-51  Estad preparados.

Tanto el Evangelio de hoy como el de mañana nos invitan a estar en vela, porque no sabemos cuándo viene el Señor.

Y esta vigilancia, en una doble perspectiva: En la vida de cada día, y también para poder recibir al Señor cuando llegue en su segunda venida, al final de los tiempos.

En la vida de cada día, como cantamos: Estoy a la puerta y llamo, esperando a que me abras, ábreme que quiero entrar… el corazón que te he dado, es morada que yo anhelo… si me abres entraré y yo cenare contigo si no me abres seguiré afuera como un mendigo (cf. Ap 3, 20).

Y hay que estar en vela porque vuestro enemigo el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar (cf. 1 Pe 5,8).

¿Cómo lo intenta hacer?

El diablo, ángel caído y derrotado para siempre, utiliza siempre la mentira para tratar de apartarte del Señor.

Quiere oponerte a Dios y separarte de Él; presentarte a Dios como un rival que merma tu libertad y tu felicidad. En definitiva, quiere hacerte dudar del amor de Dios. Para ello, un buen antídoto es la oración de alabanza. Lo hemos cantado en el Salmo: Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Quiere separarte del Cuerpo de Cristo, de la Iglesia, sacarte de la comunidad y dejarte solo. Para ello, suele utilizar la sospecha, la murmuración, el juicio y la división.

Para ello, un buen antídoto nos la mostrado san Pablo: dale gracias a Dios por tu comunidad concreta. Cada hermano es un don; deja que el Espíritu Santo vaya enriqueciendo la comunidad, con la Palabra ungida y con los dones gratuitos que llevan al testimonio de Cristo, con la certeza de que esta guerra está ya ganada por Jesucristo: Él os mantendrá firmes hasta el final, para que seáis irreprensibles el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios.

Quiere… ¿Por dónde te está atacando el diablo?

Y este es el duro combate de cada día:

Pero el cristiano, unido a Cristo por la fe, la oración, los sacramentos, la comunión eclesial y ungido por el Espíritu Santo, con el don de fortaleza, está seguro de triunfar: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo y él huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros (cf. Sant 4, 7-8).

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥  (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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