Jueves 24 de Diciembre de 2020

Lecturas:

2 S 7,1-5.8b-12.14a.16. El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Lc 1,67-79. Nos visitará el sol que nace de lo alto.

Escuchamos hoy en el Evangelio el Benedictus, el cántico de Zacarías en el que aclara el misterio de la persona de Juan el Bautista: es el precursor, el profeta que va delante, preparando el camino y anunciando la salvación.

Es un cántico que exalta la fidelidad de Dios, el cumplimiento de las promesas de salvación hechas por Dios en las antiguas profecías: el Señor, Dios de Israel ha visitado y redimido a su pueblo… según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas... recordando su santa alianza.

Este es el fundamento de nuestra esperanza: que Dios es fiel; que te ha creado por amor, que te llama a una vida de amistad e intimidad con Él, que no dejará de amarte nunca y está contigo todos los días, que no hay nada ni nadie que pueda separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.

Resalta la presencia de la salvación: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos que nos trae el perdón de los pecados… Por la entrañable misericordia de nuestro Dios.

El cántico exalta a Jesucristo, el sol que nace de lo alto, que viene para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Jesucristo es la paz, plenitud de los dones mesiánicos, destinada a los que le dejan reinar en su corazón y en su vida, a los que alaban y dan gloria a Dios.

Jesucristo es la luz, pero de un modo oculto y humilde. Algo interior que sólo se puede ver con los ojos de la fe. Sólo los sencillos, los pequeños, los humildes…, como los profetas y María podrán ver.

Es una Palabra que hoy, día de nochebuena te invita a dar gracias y a la alabanza por la inminente venida del Salvador. Te invita a abrirle al corazón al Señor, a dejarle nacer y que Él sea tu luz y tu salvación.

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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