Jueves, 19 de agosto de 2021
San Juan Eudes
Lecturas:
Jc 11, 29-39a. El primero que salga de la casa será para el Señor y lo ofreceré en holocausto.
Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Mt 22, 1-14. A todos los que encontréis, llamadlos a la boda.
El versículo que hemos cantado en el Aleluya nos da la clave de la Palabra de hoy: no endurezcáis hoy vuestro corazón, escuchad la voz del Señor. Tan importante es esta actitud que la Iglesia nos invita a comenzar todos los días la Liturgia de las horas con este Salmo.Y es que la clave está en tu corazón. Así, lo hemos cantado también en el Salmo: Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños.
Un corazón que viva lo que nos dice el salmo: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas… entonces yo digo: “Aquí estoy para hacer tu voluntad.
Un corazón que viva una alianza de amor con el Señor: Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
Este es el vestido de boda que hay que llevar para entrar al banquete. Dice san Gregorio Magno, que este vestido es la caridad, el amor; un vestido tejido con dos elementos: el amor a Dios y el amor al prójimo.
El Reino de Dios es semejante a un banquete. Dios te ama, te ha creado por amor y para vivir contigo una historia de amor y de salvación. Y te ama para siempre, ¡para toda la eternidad!
La entrada al banquete es iniciativa de Dios: se requiere una invitación. La invitación es gratuita, pero es seria: se puede acoger o se puede rechazar: Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti (San Agustín).
¿Qué respuesta estás dando a la invitación del Señor? ¡Ánimo! ¡Vale la pena! Pide el don del Espíritu Santo. Pide que te enamore de Jesucristo para que cada día puedas decirle “sí, quiero”; para que cada día puedas aceptar la llamada a seguirle por donde Él quiera llevarte.
A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).
¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).