Jueves, 18 de agosto de 2022

Beato Nicolás Factor

Lecturas:

Ez 36,23-28. Os daré un corazón nuevo y os infundiré mi espíritu.

Sal 50. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará de todas vuestras inmundicias.

Mt 22,1-14. A todos los que encontréis, convidadlos a la boda.

El versículo que hemos cantado en el Aleluya nos da la clave de la Palabra de hoy: no endurezcáis hoy vuestro corazón, escuchad la voz del Señor. Tan importante es esta actitud que la Iglesia nos invita a comenzar todos los días la Liturgia de las horas con este Salmo.

Y es que la clave está en tu corazón.  Así, lo hemos cantado también en el Salmo: El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado tú, oh Dios, tú no lo desprecias.

Un corazón que viva lo que nos dice la primera lectura: vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Un corazón que viva una alianza de amor con el Señor: Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.

Este es el vestido de boda que hay que llevar para entrar al banquete. Dice san Gregorio Magno, que este vestido es la caridad, el amor; un vestido tejido con dos elementos: el amor a Dios y el amor al prójimo.

El Reino de Dios es semejante a un banquete. Dios te ama, te ha creado por amor y para vivir contigo una historia de amor y de salvación. Y te ama para siempre, ¡para toda la eternidad!

La entrada al banquete es iniciativa de Dios: se requiere una invitación. La invitación es gratuita, pero es seria: se puede acoger o se puede rechazar: Dios , que te creó sin ti, no te salvará sin ti (San Agustín).

¿Qué respuesta estás dando a la invitación del Señor? ¡Ánimo! ¡Vale la pena! Pide el don del Espíritu Santo. Pide que te enamore de Jesucristo para que cada día puedas decirle “sí, quiero”; para que cada día puedas aceptar la llamada a seguirle por donde Él quiera llevarte.

Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).

¡Ven Espíritu Santo! 🔥 (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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