Jueves 11 de Febrero de 2021

Nuestra Señora de Lourdes

Lecturas:

Gén 2, 18-25.  Se la presentó a Adán. Y serán los dos una sola carne.

Sal 127.  Dichosos los que temen al Señor.

Mc 7, 24-30.  Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.

Continua la primera lectura mostrándonos el proyecto de Dios, la Creación. El mundo no es fruto del azar o del choque de fuerzas oscuras. No. Dios crea por amor y tiene un proyecto de amor y de salvación.

No es bueno que el hombre esté solo.  No hemos sido creados para la soledad, sino la relación, para la comunión, para la donación. No podemos vivir en un narcisismo autorreferencial que acaba asfixiándonos.

 El hombre crece como persona saliendo de sí mismo. Crece en la medida en que se abre a un “tú” y crece aún más en la medida en que se abre al Tú con mayúsculas, a Dios. El Papa Francisco nos lo ha recordado hace poco: Nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose (cf. Fratelli Tuti 95).

Esta es también una Palabra contra la tentación de la autosuficiencia: El hombre (…) sabe por experiencia que no se basta a sí mismo. Necesita abrirse a otro, a algo o a alguien, que pueda darle lo que le falta; debe salir de sí mismo hacia Aquel que pueda colmar la amplitud y la profundidad de su deseo (cf. Benedicto XVI).

El hombre y la mujer son creados, es decir, son queridos por Dios: por una parte, en una perfecta igualdad en tanto que personas humanas, y por otra, en su ser respectivo de hombre y de mujer.

El hombre y la mujer están hechos "el uno para el otro": no que Dios los haya hecho "a medias" e "incompletos"; los ha creado para una comunión de personas, en la que cada uno puede ser "ayuda" para el otro porque son a la vez iguales y complementarios.

 En el matrimonio, Dios los une de manera que, formando "una sola carne" puedan transmitir la vida humana: Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra (cf. Gn 1,28). Al trasmitir a sus descendientes la vida humana, el hombre y la mujer, como esposos y padres, cooperan de una manera única en la obra del Creador (cf. Catecismo 369s).

¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

¡Ven Espíritu Santo! ? (cf. Lc 11, 13).

Homilias de D. Jorge Miró

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