Miércoles, 28 de diciembre de 2022
Los Santos Inocentes
Lecturas:
1 Jn 1, 5-2, 2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.
Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.
Mt 2, 13-18. Herodes mató a todos los niños en Belén.
Celebramos hoy la fiesta de los Santos Inocentes mártires, niños, que fueron asesinados por el rey Herodes para que pereciera entre ellos el niño Jesús, a quien habían adorado los Magos, y por quien Herodes se sentía ¡amenazado!El perfil de Herodes es el de aquel que vive instalado en la autosuficiencia y en la arrogancia, en la soberbia de creerse el dios de su vida.
Por eso, tiene miedo, ve en Jesús un rival contra el cual hay luchar, un enemigo al que destruir.
Y esta tentación de ser como Herodes la podemos tener todos. Podemos caer en la trampa de pensar que Jesús viene a quitarnos algo, especialmente cuando nos llama a la conversión y nos invita a negarnos a nosotros mismos para seguirle a Él.
Podemos caer en la trampa pretender manipular a Dios para que haga lo que nosotros queremos. Herodes pregunta por el Niño, pero no para adorarlo; oye a los expertos en las Sagradas Escrituras, pero no está dispuesto a acoger la Palabra; está ciego y sordo ante los signos y la palabra de Dios porque lo ve como una amenaza y no como un regalo.
Contrasta con la actitud de Herodes, la actitud de los Magos y la de los pastores: La humildad es la puerta de la fe.
Y esta humildad se manifiesta en la alegría, en que realmente Jesús es la buena noticia; se manifiesta en la acogida confiada de la Palabra, sin defenderse, sin rebotarse, sin querer justificarse, sino dispuestos a dejar que el Señor cambie nuestra vida.
Porque el camino que él nos propone no es una amenaza sino un regalo: el camino que nos lleva a la vida, y ¡a la vida en plenitud!
Tenemos hoy un recuerdo admirado y una oración ferviente por todos los cristianos perseguidos. Pedimos para ellos el don de fortaleza, y para sus perseguidores el don de la conversión.
Yo abro brecha delante de vosotros (Cf. Miq 2, 12-13).
¡Ven Espíritu Santo!🔥 (cf. Lc 11, 13).